La ciudad de Estambul anteriormente conocida como Bizancio y Constantinopla fue la capital del Imperio Romano de oriente y también de la República de Turquía hasta el año 1923 y además tiene como característica especial ubicarse entre los continentes de Asia y Europa.
Así fue como Constantinopla se convierte en una gran urbe medieval gracias a su ubicación entre los dos continentes, acaparando gran parte de las rutas comerciales. Precisamente a su excelente ubicación es que se convierte en la ambición de los turcos otomanos que finalmente toman la ciudad en el año 1453. Con la caída del Imperio Bizantino también se marca el fin de la Edad Media. El último emperador de Bizancio fue Constantino XI, muriendo en defensa de la ciudad. Algunos años después de la disolución del Imperio Otomano y el nacimiento de la República de Turquía, Constantinopla pasó a llamarse Estambul y dejó de ser la capital para otorgarle este privilegio a la ciudad de Ankara.
A pesar de no ser la capital de Turquía, Estambul es su ciudad más grande y también una de las más grandes de Europa con casi 9 millones de habitantes. El casco histórico de la ciudad ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1985.
Como principales atracciones turísticas posee numerosas mezquitas, iglesias y sinagogas de gran valor histórico y arquitectónico. Entre los mejores lugares para visitar durante un viaje por Estambul, se recomienda visitar el Cuerno de Oro -estuario que divide la ciudad-, la Mezquita de Arap, el Puente del Bósforo, el Hagia Sophia, entre otros.
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